Se trata simple y llanamente de abrir las galletas por la mitad, como si de un panecillo se tratara, y ponerles encima lo que más nos guste: un chorrito de aceite de oliva, queso de untar, Nocilla, sobrassada, ... la lista sería interminable.
Tan fácil como introducir la punta de un cuchillo por la mitad, doblarlo un poquito y la galleta se abrirá, mágicamente, al través...
... quedando dos mitades dispuestas a ser untadas.
En esta ocasión he preferido utilizarla como acompañamiento de un puré.
Las Quelis, en su versión integral, hechas trocitos a modo de crostones.
En su formato más habitual.
En próximos posts daré más ejemplos de cómo "embadurnar" las galletas.